Los visionarios de principios del siglo XX - indiscutidos profetas del modernismo - vaticinaron que los avances científicos y tecnológicos traerían una nueva era de sosiego y solaz para la humanidad. La realidad, sin embargo, diría otra cosa...
En nuestro turbulento mundo moderno, ¿podemos recuperar la paz y tranquilidad perdidas? Sin duda que sí. El Dios de paz nos puede ayudar en ese empeño. Su poder es tal que es capaz de aquietar nuestro turbado espíritu y proporciones una estabilidad interior que nos permita trasmitir calma y serenidad a quienes nos rodean.