De acuerdo con una piadosa tradición, el arcángel san Miguel declaró a una persona devota que le sería grato que se pusieran en uso las siguientes oraciones en honor suyo.
La propagación y difusión de esta devoción se debe a una religiosa carmelita del monasterio de Vetralla, diócesis de Viterbo (Italia)
Muerta en 1751, con fama de santidad. El 8 de agosto de 1851 Pío IX concedió indulgencias a la práctica de este piadoso ejercicio. A ser posible, delante de una imagen del santo arcángel, hacer un acto de verdadera contrición y rezar a continuación devotamente las siguientes salutaciones:
V. Oh Dios, ven en mi ayuda.
R. Apresúrate, Señor, a socorrerme. Gloria al Padre…
Formato: 8.5 x 5.5 cm.